domingo, 28 de junio de 2015

Hacia dónde debería ir el debate del 2015


Esta semana nos trajo varias noticias importantes: el Consejo Nacional Electoral finalmente hizo pública la fecha de las elecciones parlamentarias, Leopoldo López finalizó su huelga de hambre y fueron liberados Gerardo Resplandor y Douglas Morillo, un par de jóvenes que llevaban más de un año como presos políticos en el Sebin. Como casi siempre durante los últimos quince años, las principales noticias son sobre la política nacional. Mientras tanto, la población venezolana enfrenta día a día los costos sociales de un ajuste que el gobierno nacional ha postergado por temor al posible efecto sobre sus niveles de apoyo popular.
El efecto combinado de la inflación y la escasez que se han instalado los últimos años empieza a mostrarse con crudeza. Si bien ha dejado de publicarse información oficial sobre incidencia de pobreza de ingresos, otros indicadores nos dan cuenta de la pérdida que sufre la población en sus condiciones de vida. La Encuesta de Consumo de Alimentos del INE refleja para el primer semestre de 2014 una importante caída en el consumo, ubicándose el promedio en 1.831 calorías por persona, por debajo de lo recomendado por el propio gobierno nacional (2.300 calorías). Este dato oficial confirma la tendencia que ya había sido encontrada en la Encuesta de Condiciones de Vida 2014, investigación conjunta de la UCAB, UCV y USB. Si el panorama era ya crítico, según datos oficiales, durante el primer semestre de 2014, la situación de las familias más vulnerables luego del repunte de la crisis en el último año debe ser simplemente desoladora.
El gobierno nacional ha intentado transferir a otros el costo de su ausencia de decisiones en política económica. Y si bien no ha tenido éxito pues de acuerdo con recientes estudios de opinión pública la población no da crédito a la narrativa de “guerra económica”, es el pueblo quien asume los costos económicos de la crisis, quien paga con su sufrimiento las ansias de un grupo por permanecer indefinidamente en el poder.
Este año el principal evento es político; pero la elección de una nueva Asamblea Nacional el próximo 6 de diciembre no es solo la oportunidad para que oficialismo y oposición midan sus fuerzas, es además un escenario privilegiado para que la penuria económica que enfrenta cada hogar en solitario se convierta en el centro del debate público. La democratización necesaria no consiste en cambiar los inquilinos de Miraflores y La Casona sino en garantizar los derechos de los venezolanos actualmente amenazados, y se debe resaltar que también los derechos sociales se encuentran en vilo.
La principal tarea de los dirigentes es acompañar al pueblo en sus necesidades y darle a sus demandas sentido político: solo en una democracia plena donde se respeten todos los derechos y las instituciones cumplan su propósito, se podrá volver a una senda de bienestar y ampliar las oportunidades.
(*) Publicado en la columna Acuerdo Social del Diario Últimas Noticias, 28/06/2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario